Es un gatito muy pequeño que una chica encontró en la calle en Madrid.
Le colocó dentro de una caja y pidió asilo temporal para él en un bar cercano, esperando que alguna protectora se hiciera cargo de él.
El aviso nos llegó y enseguida nos ofrecimos a hacernos cargo de todos los gastos veterinarios, pero tras tres días de difusión para acogida no hubo respuesta...sin embargo...dió tiempo para que uno de los trabajadores se enamorara del gatito y decidiera adoptarle...ahora están juntos para siempre y felices. Le ha llamado Fado, como el nombre del bar.
Damos las gracias a todo el personal por la paciencia y comprensión que han mostrado en todo momento, cuidándole en su lugar de trabajo y sin pensar en dejarle abandonado otra vez.